miércoles, 27 de octubre de 2010

cuestión del tiempo

a @pielajena

El Tiempo no siempre fue tan estricto. Las explicaciones, como todos los analistas saben, se encuentran en su más tierna infancia; y es que el Tiempo era un niño soñador que tejía vidas con los dedos mientras canturreaba pensando en Lo Bello. Como tejía sin parar hilvanando sinfines y sinsentidos para abrigar a Lo Bello consigo mismo y maravillarse emocionado; resultó que sus padres, preocupados -como deben estar los padres- decidieron poner fin a un estilo de vida que no consideraba la existencia del destino.

Por eso, consultando con asesores expertos decidieron enviar a El Tiempo a una escuela alemana de alta disciplina donde le quitaron los colores de los dedos y le enseñaron a engarzar manecillas en complicados mecanismos de la vecina Suiza. El Tiempo se graduó con honores por sentar las bases de la narrativa y la vejez y por proponer un protocolo -junto con la Muerte, su novia- que reciclaba los espacios y a la vida en un ciclo infinito.

Aún, de pronto, permite El Tiempo que sus párpados resbalen y se formen burbujas donde habita Lo Bello y baile sin obedecer reglas, por el puro placer.

2 comentarios:

ivan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ivan dijo...

Y se emancipó, El Tiempo decidió no ser el de todos y formar su propio ser, construido por lógicas a las cuales se entregaría sólo de uno en uno, en privado, en secreto, hermoso y terrible, vasto e inexplicable, como el amor.

Gracias ardillapoética por compartirte de la manera más sublime que El Tiempo nos ha enseñado, en instantes que apuntan a la eternidad.

Besos, abrazos, lágrimas sonrientes para tus palabras reconfortantes...

@pielajena