miércoles, 27 de octubre de 2010

cuestión del tiempo

a @pielajena

El Tiempo no siempre fue tan estricto. Las explicaciones, como todos los analistas saben, se encuentran en su más tierna infancia; y es que el Tiempo era un niño soñador que tejía vidas con los dedos mientras canturreaba pensando en Lo Bello. Como tejía sin parar hilvanando sinfines y sinsentidos para abrigar a Lo Bello consigo mismo y maravillarse emocionado; resultó que sus padres, preocupados -como deben estar los padres- decidieron poner fin a un estilo de vida que no consideraba la existencia del destino.

Por eso, consultando con asesores expertos decidieron enviar a El Tiempo a una escuela alemana de alta disciplina donde le quitaron los colores de los dedos y le enseñaron a engarzar manecillas en complicados mecanismos de la vecina Suiza. El Tiempo se graduó con honores por sentar las bases de la narrativa y la vejez y por proponer un protocolo -junto con la Muerte, su novia- que reciclaba los espacios y a la vida en un ciclo infinito.

Aún, de pronto, permite El Tiempo que sus párpados resbalen y se formen burbujas donde habita Lo Bello y baile sin obedecer reglas, por el puro placer.

domingo, 10 de octubre de 2010

algo sobre mi padre


Hace dos días fue cumpleaños del Doctor, mi papá; que es el Doctor desde que la bata blanca lo cubre y se agita al viento como capa de superhéroe de mi infancia: mi papá es doctor y cura y la gente lo quiere y lo busca y yo no tuve que buscarlo nunca, es mío. Mi padre es un hombre fuerte y bueno como árbol. Cerca de él, siempre me he sentido protegida y en paz; mi padre es un hombre serio como árbol pero gentil como árbol también; mi padre sabe bien de dónde viene y dónde están sus raíces; mi padre calla lo que lo quiebra con ese aire de tristeza de los cedros en la tarde; mi padre desafía al tiempo con enorme dignidad, porque su corteza es milenaria y no envejece aunque su corazón sienta que se rompe.

Hay muchas maneras de mirar a mi padre, pero yo me quedo con la de hija, la que lo mira con ojos fascinados desde que conoció sus manos-ramas gigantes, sus cantos y sus cuentos; la que respeta sus opiniones y busca sus consejos. La que haría lo que fuera por verlo sonreír como antes del fin del mundo.

A ese árbol hermoso, a ese superhéroe de bata hoy le dedico todo mi post y todo mi amor.

martes, 5 de octubre de 2010

el dolor es el dolor es el dolor es el dolor

Llegó desde abajo, como lenguetazos de marea y se instaló en la boca de mi estómago, latiendo, viejo conocido, cabrón. Me dijo al oído: nunca me he ido porque justo soy lo que no está, soy el órgano que falta, el aire succionado, la ausencia ahuecada en tus brazos y las palabras que se estrellan en el piso sin estrépito, sin sustancia. Una vez pasada la rabia -esa máquina que todo lo llena de vapor-  queda la forma, el molde lleno de polvo, la boca sin grito; y sí, es el mismo de cuando se apareció la mole de la muerte. 

Porque la pérdida siempre contiene a las otras pérdidas, porque te deja perdida, pobre chinita, en el mismo lugar, en el mismísimo bosque de la China. Porque el dolor de eso es igual al dolor de lo otro, es el mismo puño vacío.

Dicen (y yo lo he dicho), porque saben, que esto también pasará, que la sensación brillante se disolverá en agua y que correrá bajo el puente. Sí, eventualmente sanaré y también eventualmente me olvidaré de esta sensación conocida, del señor sordo que grita en susurros que volverá y que más vale que acepte que él será el único amor que no se va a acabar.